¿Alguna vez te has encontrado con alguien que pretendía imponer sus ideas sobre aspectos que desconocía? ¿Has creído dominar perfectamente un tema del que, realmente, tenías grandes carencias conceptuales? ¿Te ha invadido la desesperación cuando, al profundizar en algo, te dabas cuenta de tu propia incompetencia en ese asunto concreto?
Todas estas preguntas pueden tener su respuesta en un sesgo cognitivo conocido como “Efecto Dunning-Kruger” que, a través de una sensación de superioridad ilusoria, provoca que las personas con menos conocimientos, habilidades o competencias sean más propensas a sobreestimar su capacidad y se consideren más preparadas que otros sujetos con una mayor experiencia en un asunto concreto.
Este hecho se produce debido a que el desconocimiento de la persona en una determinada área provoca su incapacidad para detectar y reconocer su propia incompetencia; lo que, a su vez, induce a subestimar la competencia del resto de personas.

En el ámbito de las organizaciones, este efecto puede ocasionar graves problemas en la relación interpersonal e incluso provocar peor rendimiento en el trabajo en equipo; por lo que resulta fundamental que los profesionales de Recursos Humanos y los líderes de las compañías sean capaces de detectar este tipo de sesgos cognitivos y los traten de manera adecuada.
Para ello, resulta fundamental crear ambientes laborales en los que exista autocrítica y en los que el error se observe como una oportunidad de aprendizaje; ayudando a las personas a ser conscientes de sus propias limitaciones y apoyando el desarrollo constante a través de diferentes programas de formación, “mentoring” o “shadowing”.
Por otra parte, será muy importante el hecho de que las personas con mayores niveles de competencia sean capaces de mantener la calma y no caigan en el error de descalificar a esos compañeros que sufren el Efecto Dunning-Kruger; pues la actitud realmente útil será aquella que, basada en la empatía, esté enfocada en desarrollar la experiencia y los conocimientos de las personas de la organización para ayudarles a ser más conscientes de sus propias limitaciones.
Sin embargo, y aunque en este caso nos hemos centrado en el ámbito de las organizaciones y de los Recursos Humanos, el conocimiento de este efecto puede ser muy útil para aquellos maestros, docentes o formadores que puedan observar cómo el progreso de sus alumnos les lleva a sobrevalorar su capacidad; debiendo actuar, en ese momento, para aportar nuevas informaciones y contenidos que les permitan ser conscientes de sus propias limitaciones.
Pero este concepto de la Psicología, que puede resultar muy útil en diferentes disciplinas como la Educación o los Recursos Humanos, también resulta fundamental en el día a día de las personas y en el mantenimiento de relaciones interpersonales positivas y sanas; pues no solamente nos ayudará a ser conscientes de la necesidad de reflexionar sobre nuestros propios conocimientos, sino que nos servirá para entender a aquellas personas que se encuentran en el “monte de la ignorancia”.
Javier Alarcos Olivares (@jalarcoso)
Un comentario en “El síndrome del experto inexperto”