En un contexto como el actual, en el que muchas empresas luchan por sobrevivir a la mayor crisis económico-sanitaria que se ha vivido en el último siglo, algunas organizaciones se han visto motivadas a reaccionar con rapidez para incorporar o modificar productos y servicios que les permitiesen continuar compitiendo o mantener su posición de liderazgo en el mercado; siendo uno de los ejemplos más representativos, en mi opinión, el de la mundialmente conocida WhatsApp.
Cuando Facebook, propietaria de la mencionada aplicación de mensajería instantánea, observó que algunos de sus competidores que ofrecían la posibilidad de realizar videollamadas grupales habían comenzado a ganar terreno en el mercado, tomaron la decisión de incorporar con rapidez una serie de cambios que no tenían previstos para el año actual.
En este caso podemos observar perfectamente cómo una organización es capaz de llevar a cabo un proceso motivacional que, desde el ámbito de la Psicología, fue expuesto en cinco fases por un autor como Palmero:
– Aparición del estímulo: Necesidad de sobrevivir en el mercado ante una competencia, que aprovechando la situación extraordinaria provocada por la pandemia mundial, trató de potenciar sus puntos fuertes.
– Percepción del estímulo: Resulta imprescindible que la compañía fuese capaz de percibir que muchos de sus usuarios comenzaban a utilizar otras herramientas para comunicarse.
– Evaluación y valoración: La entidad tuvo que ser capaz de evaluar la mencionada situación como contraria a sus intereses organizacionales para, de este modo, analizar las posibles formas de actuación; teniendo en cuenta junto a departamentos como el de Recursos Humanos o el de Innovación y Desarrollo aspectos esenciales relacionados con la dificultad, los recursos y las habilidades de sus empleados para llevar a cabo las posibles actuaciones propuestas.
– Decisión y elección del objetivo: Se observa claramente la decisión de impulsar de forma mucho más rápida un servicio que no estaba previsto para el momento actual; siendo el objetivo principal el de contrarrestar el evidente avance de los competidores.
– Realización de la conducta motivada: La organización tuvo que llevar a cabo un plan de actuación rápido y eficaz para proporcionar a sus clientes el servicio que, debido a la situación, estaban reclamando.
De este modo, la Psicología nos vuelve a mostrar cómo cualquier organización debe ser capaz de adaptarse a sus ambientes con la finalidad de competir en mejores condiciones; llegando incluso a llevar a cabo procesos de motivación más propios de los seres vivos y debiendo impulsar un importante trabajo interdepartamental (Recursos Humanos, Marketing, Innovación y Desarrollo, Comunicación…) con la finalidad de obtener los mejores resultados.
Javier Alarcos Olivares (@jalarcoso)