¡¡Mejora tu flexibilidad para adaptarte al cambio!!

Desde hace unos años, la palabra “flexibilidad” se ha convertido en una especie de comodín con la que pretendemos asombrar a los profesionales de Recursos Humanos cuando les enviamos nuestro CV; pero… ¿Somos realmente personas flexibles y con capacidad de adaptación a los cambios? ¿Pensáis que se trata de una habilidad o competencia innata? ¿Os habéis planteado la posibilidad de entrenar esa flexibilidad para que realmente tenga sentido en vuestras vidas?

En una situación como la actual, en la que las complicaciones derivadas de la pandemia del virus SARS-CoV-2 han potenciado ese “entorno VUCA” en el que viven las organizaciones en la actualidad, resulta imprescindible que nos mostremos verdaderamente flexibles; pues, cuando es entrenada, la flexibilidad permite aprovechar las oportunidades generadas ante cualquier cambio brusco que se produzca en el entorno.

Y es que el año 2020 ha debido servirnos, además de para valorar lo verdaderamente importante en la vida, para comprender que existen muchas formas de hacer las cosas y que debemos ser capaces de imaginar nuevas formas de actuar (una gran cantidad de restaurantes ampliaron su modelo de negocio para ofrecer servicio a domicilio, surgieron negocios relacionados con la venta de mascarillas e incluso apareció la figura del “cuidador virtual” que realiza actividades online para que los niños estén entretenidos mientras los padres teletrabajan).

Así, esta flexibilidad que permite obtener oportunidades en entornos cambiantes es muy valorada; pues resulta ser uno de los aspectos fundamentales de esa resiliencia que, a su vez, permitirá a las personas y a las organizaciones salir fortalecidas en momentos de dificultad.

Por ello, en la actualidad es muy importante trabajar esa flexibilidad; pudiendo realizar este “entrenamiento”, de forma autónoma, a través de cuatro pasos muy sencillos.

– Reflexiona sobre aquellas creencias propias que han sido sustituidas por otras nuevas; demostrándote a ti mismo que existen múltiples realidades y que el cambio de mentalidad significa, también, evolución.

– Identifica las creencias actuales que estén suponiendo un bloqueo para ti o que, ante los cambios en el entorno, no estén funcionando del mismo modo en que lo hacían previamente.

– Imagina qué posibilidades podría conllevar la aceptación del cambio y utiliza tu creatividad para diseñar diferentes opciones de actuación que permitan tu mejora continua.

– Acepta el error, controla tus emociones y extrae los aspectos positivos derivados de las equivocaciones.

Como se puede observar, la actitud personal resulta clave en el proceso de mejora de esa flexibilidad que debe basarse en el cuestionamiento de las creencias propias y en la aceptación de que muchas de las formas de actuar y pensamientos que nos han llevado al éxito en unas circunstancias nos pueden llevar al fracaso cuando las condiciones del entorno sean diferentes.

Por tanto, para mejorar esta competencia tan demandada en el mercado laboral, se debe aceptar esa frase atribuida a Heráclito de Éfeso en la que se afirma que “lo único constante es el cambio”.

Javier Alarcos Olivares (@jalarcoso)

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