Cualquier persona que haya estado al tanto de las noticias en estos últimos meses del año 2021 conocerá la polémica suscitada por las declaraciones de José Luis Escrivá respecto a la jubilación; pues el ministro de Inclusión, Seguridad Social y migraciones afirmó que en España se debía producir un cambio cultural para trabajar más entre los 55 y los 75 años.
Estas palabras, matizadas posteriormente por el propio titular del departamento ministerial, vuelven a poner de actualidad la problemática respecto a las grandes dificultades que podría tener el Estado para garantizar el acceso a la pensión de jubilación y la sostenibilidad del sistema de Seguridad Social en el futuro.

Pero, lamentablemente, el debate social se ha centrado únicamente en el mensaje respecto a la edad de jubilación y se están olvidando tres aspectos del mercado laboral sobre los que será muy necesario incidir y trabajar en los próximos años:
- Mejorar las condiciones laborales de los trabajadores mayores de 55 años.
- Aprovechar la diversidad generacional existente en las organizaciones.
- Facilitar el acceso de la población joven al mercado laboral.
En este sentido, multitud de empresas destacan lo importante que sería el hecho de contar con ciertos beneficios fiscales que facilitasen el mantenimiento de sus trabajadores más veteranos; pudiéndose destinar, ese ahorro, a la mejora de unas condiciones laborales que mejorarían la productividad del talento sénior.
Por su parte, las propias organizaciones deben ser conscientes de la necesidad de adaptarse a la nueva realidad del mercado laboral y trabajar a través de acciones muy diversas; destacando algunas como pueden ser la formación en Nuevas Tecnologías, la prevención de patologías y enfermedades asociadas a diferentes puestos de trabajo, la puesta en práctica de programas de movilidad interna o una mayor apuesta por la flexibilidad horaria y el teletrabajo.
Además, al conseguir unas condiciones adecuadas para que el talento sénior se sienta cómodo en su puesto de trabajo, muchos trabajadores podrían optar por retrasar voluntariamente su acceso a la jubilación; lo que puede ser aprovechado, por la propia empresa, para desarrollar programas de “mentoring” en los que esos empleados más veteranos transmitirán su conocimiento y su experiencia a los trabajadores más jóvenes.

En este sentido, el aprovechamiento de la diversidad generacional puede suponer un gran beneficio respecto a la productividad; pues el propio equipo de trabajo compensará, a través de diferentes perfiles, esos intereses, motivaciones, puntos fuertes y debilidades que tanto cambian de una generación a otra.
De este modo, y más allá del debate sobre la necesidad de retrasar aún más la edad de jubilación, sería conveniente que los diferentes gobiernos, las empresas y los sindicatos comenzasen a trabajar, de forma conjunta, con el fin de conseguir las mejores condiciones laborales para esos empleados más veteranos que, no lo olvidemos, han sido una parte fundamental en el crecimiento económico que ha experimentado nuestro país desde las últimas décadas del siglo pasado.
Javier Alarcos Olivares (@jalarcoso)
Algunas de las fuentes consultadas para realizar esta publicación han sido:
- Alarcos Olivares, J.; Cerdas, M.J.; García, S.; Muñoz, L. y Quirós, M. (2020): El impacto del envejecimiento demográfico en el mercado laboral español: Los desafíos de las empresas y la importancia de generar políticas para el talento sénior. EAE Business School.